La amalgama de cables, procesadores y otros elementos electrónicos emitió un zumbido mientras la electricidad atravesaba sus circuitos haciendo que recordarse vagamente a una criatura gigantesca. El ruido aumenta y algunas luces parpadean, reflejándose en el cristal de las gafas de la mujer que controla a la extraña maquinaria.
Los labios de Diskette se fruncen en una delgada línea y su mirada se clava en el resultado arrojado por el código do en el que lleva trabajando ¿Días?, ¿Semanas?, ¿Cuándo tiempo lleva allí?, No importa, el objetivo debe lograrse de una forma u otra. Vuelve a realizar una breve consulta reasignando datos y el programa escupe unas pocas líneas de brillantes dígitos en la pantalla negra. Todo conduce a lo mismo. Hay que prepararse para los tiempos más oscuros.