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Mihai recorría su casa, dominando la rabia, aguantando el no perder el control.

 

Buscaba a Destiny.

 

Encontró a la gitana canturreando una canción de su pueblo mientras realizaba su clásico puchero.

-¡Hombre Mihai! Todav…

 

 

—¡Ha llegado el momento de que ruja la tormenta! —Roque dijo con efusividad las palabras cuando se puso delante de todos los presentes. 

—En esta festividad de Ostara estamos todos reunidos para disfrutar del merecido descanso tras la batalla. Hemos sufrido, hemos perdido seres queridos, hemos llorado y hemos temblado de Rabia... —hizo una pausa—. Pero hoy hemos comido y bebido, reído y bailado. Hemos celebrado la vida y hemos compartido el espíritu festivo.

—Antes de empezar querría agradecer las ofrendas hechas al Macho Lanú, que nos otorga su fuerza, y a Madre Noche, que nos protege en la oscuridad —tras inclinar la cabeza en reconocimiento a los miembros de ambas mandas, prosiguió—. Ahora vamos a rendir homenaje al Entiznau. ¡Ahora vamos a desatar la destrucción! —La voz del Parentela iba in crescendo según avanzaba el rito.

 

Extendió los brazos hacia los allí presentes, haciéndoles partícipes del homenaje al Entiznau pues, aunque fuera el tótem de su manada, también era un poderoso espíritu para el Pueblo.

—Me gustaría que todo aquel que lo desee se acercara a mí y ofreciera algo que quiera destruir —tras un breve momento prosiguió—. Dad al espíritu un objeto que os traiga un mal recuerdo, que represente un defecto en vosotros o ¡sed más agresivos y ofrecedle algo de nuestros enemigos para que su furia se desate sobre ellos! ¡Purgad la debilidad de vosotros! ¡Eliminemos a quienes desean nuestro mal! —Su voz convertida en un grito, potente como un trueno.

 

 

- Si no te parece mal, mis chicos empezarán a frecuentar tu local, serán buenos clientes, y seguro que todo va mejor. Además, ya te pediré las grabaciones de seguridad por si se viera algo. – Dijo el Comisario Valbuena en el Orfanato, antes de ejecutar como Cazador a dos miembros del Clan.

 

Y con esta sencilla frase, la vida de Fabian daba otro giro triste, el Guardian de la Calma ya no era un lugar seguro para el Pueblo, sobre todo para los Garou, porque el Cazador va a estar pendiente y vigilante sobre el lugar y lo que allí pase. Ha pasado de ser un refugio seguro a un coto de caza de alguien que ha demostrado que puede ejecutar a poderosos guerreros ante el resto del Pueblo con total impunidad.

 

 

Una perdiz.

 

La luz del naciente sol bañaba todo a su alrededor con ese color tan claro de los meses fríos. El cielo tenía un aspecto limpio, tan puro que casi parecía decir que no podía haber ninguna mancha en este mundo, que era imposible que algo tan bonito tuviera mácula alguna. Un claro del bosque en una ladera cerca del Salugral donde varias peñas juntas formaban un montículo con una pequeña abertura, en la que delante de ella se encontraba la clásica hoguera rodeada de rocas, apagada, fría y con la ceniza aglomerada por la humedad. En este ambiente de paz y tranquilidad Roque salió de su improvisado refugio en el monte. No era más que una gélida cueva en la tierra, minúscula e insignificante, pero cabían dos.

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