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Introducción

El mundo está sumido en el caos y la oscuridad

 

En muchas tierras los demonios campan a sus anchas alimentados por los pecados de los mortales o por la propia carne humana. Los humanos caen en la corrupción de todo lo que pueden ofrecerles, se convierten en sus marionetas o incluso en sus recipientes con tal de sumir ese territorio en la destrucción. Atraen a los máximos posibles a su causa para convertirlos en siervos que morirán por ellos, en criaturas deformes que asesinarán a sus propias familias o en horripilantes no muertos que vagarán malditos hasta ser destruidos. Todo ello solo por ver sumidas a esas tierras en la miseria, la destrucción y bajo la dominación de uno de los grandes señores oscuros.

 

Los asentamientos son escasos en esas tierras en las que la oscuridad comienza a devorarlos y su esperanza de vida es lo que tarde una horda de criaturas en arrasar sus estructuras. Pocas ciudades prevalecen con altos muros y fuertes ejércitos aguantando día y noche los intensos ataques de las huestes del caos. La población de estas ciudades deben ser parte de la solución y no un lastre, todos colaboran de alguna forma. Se han visto planes en asentamientos, como la antigua ciudad de Lut Gholein, en que la última defensa en caso de ataque serían niños armados, una vez ya todos los adultos hubieran perecido.

 

No hay lugar para el descanso, solo para el duro trabajo. Que alguien falle implica que una persona morirá al día siguiente de hambre o que miles lo harán por esa brecha en las defensas. El estado de vigilia es extremo y muchos han caído por intentar superar lo que les daba la resistencia humana.

 

Hay otras formas de vivir en este mundo en otras tierras. La lástima es que las condiciones de vida solo mejoran algo. Aún existen tierras en paz, en las cuales todo funciona como antes. Un campesino se preocupa de labrar sus tierras bajo el yugo de señores feudales que les exprimen a impuestos mientras reyes endogámicos intentan arrebatar tierras a otros a través de la guerra. Es cierto que existen otros tipos de gobierno basados en consejos u otras figuras de autoridad en todo el mundo, pero todo se acaba siempre viendo manchado por la guerra, ya sea contra otros humanos, demonios o criaturas que suponen un peligro en esas mismas tierras. La supervivencia no es fácil y solo la unión hace la fuerza ante un mundo tan hostil.

 

Pero hay un atisbo de esperanza, un rayo de luz entre tanta oscuridad y es gracias a la gente como tú. Eres un héroe y, para bien o para mal, la gente te respeta, ya sea por medio de tus buenas acciones, por el aura de misterio de tu alrededor o por el miedo que tienen hacia ti. Has realizado grandes proezas ya sea derrocando a enormes hordas de demonios, involucrándote en romper sectas de los señores oscuros, exterminando potenciales enemigos para los humanos de un territorio o simplemente ayudando y protegiendo al desfavorecido, ya fuera ante peligros de garras y dientes o antes viles sistemas políticos. En una batalla de trescientos contra ti, tú te alzas con la victoria, tú sobrevives. Pero el mínimo fallo puede suponer la muerte. Tu concentración es vital y no puedes permitirte ni el más mínimo error. Muchos creen que no hay nada después de la muerte, la fe ha caído en picado en los últimos tiempos, pero es peor unirse a las filas del enemigo para ser una pieza más de matanzas y desolación.

 

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