Hablar de Mago es hablar de Historia con H mayúscula, de fechas difusas por las leyendas en las que se convirtieron y de héroes, corrupción y derrota.

En algún momento de la historia, el periodo en el cual Cáceres era una colonia romana, dos hermanas, Anu e Ysvezt, llegaron y se asentaron. Con su vasto conocimiento cada una encajo en un grupo que abrazaba la fe. Una se dejo llevar por la fe cristiana y se volvió una de santa. La adoradora de la vida y la muerte se unió a aquellos que adoraban la vieja fe. Ambas hermanas acumulaban poder mientras otros desperados y algunos acólitos las procesaban como elegidas.

Pronto los paradigmas de las dos chocaron y empezó la guerra entre las dos. No se sabe muy bien quien gano o quien perdió, pero como recogen los hechos históricos, quizás, la ciudad quedara en desuso por esto.

El islam y su perfecto paradigma de fe, ciencia y magia, llegaron a la península y reactivaron la ciudad de Cáceres, ellos tenían un plan, ellos determinaron el poder que dejaron las dos hermanas, tenían un plan para usarlo y quizás trascender con dicho poder.

Y el orgullo se les atraganto hasta ahogarlos.

La oscuridad de Cáceres creció y la luz tuvo que llegar. Un hombre, un caballero de la orden de Alcantara, un héroe con una espada y un dogma irrompible. El llego y lanzo una plegaria al cielo, y Cáceres volvió a ser un sitio habitable para los despertados.

Una vez la corrupción fue controlada el héroe empezó su propia cruzada, una donde los paradigmas no convivieses y todos se reuniesen en torno al suyo. Los magos que se acercaban a Cáceres debían aceptar la verdadera fe o someterse al juicio divino de este cruzado.

Y así ha permanecido hasta 2019, donde nuestros heroes encontraron la primera verdad

La orden de Alcántara, corrupta y falsa mantenía a todas las tradiciones escondidas o esclavizadas, pero algo paso el año pasado. El héroe murió y todo su poder no valió de nada. Aquellos que derrotaron a ese tirano pagaron un alto precio por ello. Liberaron algo. Algo que en 2020 fue a por ellos, Aurelia, controlando a los De Lopez y Bru, tejio una trampa mortal para los Despertados de la cual no todos se libraron.