Mundo de Tinieblas es un reflejo oscuro de nuestro mundo. Las sombras aquí son más largas y la noche es más reacia a ceder ante el día. La corrupción corre desenfrenada, desde el gobierno a la empresa privada, pasando por las diversas subculturas que gozan de estos tiempos de bancarrota cultural.
La única regla absoluta parece ser que el poder corrompe. Dale dinero a alguien y podrá comprar su camino hacia el poder. Una vez ahí, venderá alegremente su influencia. Si se percata del dolor y sufrimiento que causa mientras utiliza esa influencia en beneficio de sus patrones, no le importa. Sonríe y dice a los que están debajo de él: “Esto es por vuestro propio bien” mientras los pisotea, literal o figuradamente, aplastando la vida y la alegría del mundo.
Es un mundo de contrastes, de tener frente a no tener. Todo se parece al mundo real, como si se mirara a través de un filtro que realza los contrastes entre la luz y la oscuridad. La tecnología es la misma que tenemos, pero los individuos que la usan son distintos (más oscuros, tanto en cuanto a su personalidad como a sus motivos), y ello cambia cómo funciona el mundo.
El mundo natural es un recurso para aquellos en el poder, nada más. El esplendor de la naturaleza no les importa o, en el mejor de los casos, lo consideran pintoresco. Es algo que disfrutaron cuando fueron niños, pero ahora hay que hacer dinero, así que arrancan los buldócer, vierten productos químicos en el agua, drenan lagos subterráneos y utilizan detonaciones controladas para encontrar depósitos de gas natural. No les importa causar sequías. No les importa que la población de peces muera rápidamente. Olvidan que sus técnicas de minería causan terremotos. Puede que estas cosas importen algún día, pero ahora no importan, y ahora es cuando se hace el dinero.
En este mundo existen los seres sobrenaturales y, en gran medida, son una extensión de la estética deslustrada que da forma al Mundo de Tinieblas. Cualesquiera que sean sus orígenes, o cualesquiera que crean que son sus orígenes, los seres sobrenaturales son fruto o consecuencia de la gente que vive en este entorno desesperado. Existen en el Mundo de Tinieblas porque son los monstruos entre nosotros, el producto de un mundo tan oscuro que sólo algo realmente terrible y cautivador puede enfrentarse a las profundidades en las que los habitantes vivos del mundo lo han hundido.
Por supuesto, no todo el mundo está conforme con dirigirse a ciegas al infierno. Algunas personas se rebelan. Se levantan y marchan por las calles. Dan su dinero sólo a aquéllos que lo usarán debidamente. Otras dejan a sus familias y trabajos para alzarse, golpeadas por los elementos y por la policía, en desafío a un sistema que está roto más allá de cualquier reparación. Incluso hay quienes toman medidas más directas y lanzan piedras, botellas o bombas. Se convierten en criminales, porque saben que ante el Armagedón no puede haber diálogo o paciencia. Sólo puede haber acción, sólo decisión, y si eso conlleva sangrar o morir, por lo menos que se diga que lo intentaron. No hay alternativa alguna.
Sin embargo, incluso estos nobles sentimientos pueden torcerse. El mal es paciente e insidioso. Y, al contrario que nuestro mundo, el Mundo de Tinieblas está lleno de monstruos. Los espíritus se cuelan dentro de los seres humanos, animales y en cualquier cosa que pueden y transforman carne, hueso y vísceras hasta convertirlos en monstruos. Bloques de edificios completos, acres de bosques, lagos enteros, cualquier lugar puede corromperse, escupiendo criaturas o absorbiendo la vida y haciendo que decaiga.
Afortunadamente también hay esperanza al otro lado, también alberga guerreros que están dispuestos a dar su último aliento si eso sirve para que el mundo se regenere. No son incorruptibles, no siempre son nobles, pero probablemente tengan más posibilidades que cualquier otro de tener éxito en la lucha simplemente porque pueden luchar contra la degradación en sus mismos términos.
Todo esto ocurre más allá de un telón de Acero. Un obstáculo inamovible que impide que mente y cuerpo pasen de un lado a otro, así como así. Es de esta forma como la humanidad vive ajena a la consciencia de lo sobrenatural, por ese velo que protege las frágiles mentes de los humanos y protege a los sobrenaturales de su existencia pública. Por eso operan desde las sombras, desde la clandestinidad. Héroe o Villano, tu nombre nunca será recordado y además, deberás cargar con la condición de tu naturaleza, de no ser como los demás, estar maldito u obligado a determinados credos y proezas que te llevarán a la misma muerte. El sobrenatural vive atravesando ese telón de lado a lado sin poder permanecer del todo en lo oculto o en lo público, viviendo entre ambos mundos y a la vez en ninguno, condenado a ser un incomprendido el resto de su existencia.
Mientras unos mueven los hilos desde la oscuridad creyendo que lo controlan todo, el verdadero poder reside en los borregos que siguen a sus líderes de forma incondicional, que vociferan y gritan himnos vacíos que nunca alcanzarán a entender o que tienen ideologías políticas absurdas que les daña más que beneficiarles, si no les vuelca en su propia corrupción. Es ese rebaño de borregos, el que verdaderamente tiene el poder, pues si se alzara al unísono, conseguiría todo lo que se propusiera. Pero los pecados capitales están demasiado presentes en el Mundo de Tinieblas y la desunión, el egoísmo, el amor propio y el interés en ser más que los demás, reina de forma fuerte sobre la honradez, la unión, el altruismo y el amor al prójimo.
En este mundo, se contarán historias de moralidad y depravación, de redención y condena. Cuando vives en Mundo de Tinieblas, ¿lo dejarás como un lugar mejor que el que encontraste? ¿O tomarás el camino que han seguido muchos otros y dejarás más deterioro, ruinas y tristeza como tu legado?
