El consejo de mi amiga aún no llegó, es como si se la hubiera tragado la tierra. He probado auto-medicándome y experimentado a base de ensayo-error.
Finales de diciembre fue algo caótico para mí. Carezco de familia en este país para celebrar las festividades navideñas y las pruebas que estoy realizando con la medicación no fueron muy fructíferas. Las alucinaciones volvieron, los aullidos y el arañar de paredes por garras o espolones volvía a sonar dentro de mi cabeza.
He conocido a una chica, Sonia. Él y su amigo Carlos tropezaron conmigo en el Carrefour mientras hacíamos unas compras. Lo que comenzó en una charla banal y superflua comenzó a tomar un cariz interesante para mí. Carlos estaba estudiando Telecomunicaciones, algo que no despertaba gran interés en mí con los conocimientos que ya poseía de ese campo. Pero la chica sí. Tenía, aunque de forma muy somera, conocimientos de farmacéutica. Tenía algún tipo de relación con la facultad de Enfermería.