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Cuando la luna se levanta en el valle

 

 

La luna se levantaba en el cielo de forma tímida entre nubes esta noche. Surgen haces de luz de luna desde el cielo dibujados en todo el Valle del Jerte y la zona de Hervás dejando preciosas estampas de paisajes de luz plateada o de aterradoras zonas oscuras por su ausencia.

 

El cuerpo desmembrado de Lupo yacía sin vida en el suelo en una de esas zonas oscuras. En ella la sangre no se diferencia de un charco de agua. Algo terrible ha pasado para que ese ser no haya sido capaz de superponerse a sus heridas, de que alguien con lectura mental haya sido sorprendido y emboscado.

 

Una mujer elegante y bien vestida está junto al cuerpo. Vestido negro, melena larga y sedosa y con muchos abalorios colgando de sus prendas. Todos pequeños, recuerdos de la zona o de tierras lejanas. Pendientes, colgantes o incluso ornamentos que cuelgan de su ropa, algunos de una forma antinatural. Todos ellos desprenden a su manera una esencia espiritual. Ella se desprende de un guante de látex, totalmente manchado de sangre y lo arroja junto al cuerpo de forma despectiva.
-    Traidora… - Habla con dolor en sus palabras. - ¿Dónde están tus “compis”? Ellos también deben pagar…

 

Un ruido en la maleza la alerta, de ella sale un hombre vestido como un comando militar urbano, pero en pleno valle. Algo que no consigue en esta zona con ese atuendo es desentonar totalmente. Pertrechado hasta arriba, lo más simbólico que lleva en medio de la noche son gafas de sol y una máscara de media cara que le cubre la boca constituida por los huesos de las fauces de alguna bestia que parezca sacada de las peores pesadillas de alguien.
-    “Falsedad-Siniestra”, llegas tarde. – Dice ella en un tono burlón y un marcado acento catalán. – Te veo melancólico, vestido como en una anterior vida, ¿tan importante es esto para ti?
-    No te equivoques “Sin-Sombra”, tengo el objetivo claro. Esto es solo algo de “branding” para los que nos esperan dentro. – Habla el soldado con un marcado acento americano. Empieza a dar vueltas al cadáver, se fija en la perforación del pecho, que es idéntica a la mano de su compañera. – Señorita Guerra, veo mucha inquina en su cometido, ¿algo que debamos saber? Al menos no la vio venir…
-    Soy la más rápida, no lo dudes. – Dice mientras se inclina hacia el cadáver de Lupo. – Y esta cerda ya no tiene nada que decir. Falta el resto. – Comienza a reír como quien disfruta de una cacería.
-    Y tú me preguntas por objetividad…
-    ¿Qué vas a hacer cuando tus nenas no te reconozcan y tu mujercita no atienda a razones?
-    Coger lo que nos interesa y tiene futuro. Aniquilar al resto.

 

Ante las palabras de su compañero, “Sin-Sombra” esboza una sonora sonrisa mientras mira a su compañero con algo más que deseo en sus ojos. Una figura se aproxima mientras ambos simplemente se miran, un hombre vestido en huesos y colmillos prácticamente. No es nada silencioso su llegada por el choque de toda esa parafernalia colgando de sus leves atuendos. Las partes desnudas de su cuerpo están cubiertas de cicatrices o signos de putrefacción de carne. Cuando cruza a una zona con luz, se le ve totalmente empapado en sangre, no se llega a percibir su mirada por la gran calavera de carnero que lleva sobre su cabeza, la cual tiene todos los orificios y fisuras rellenos por colmillos de otras bestias. Con una voz cacofónica dice:
-    El “caníbal” está descontrolado. Ha entrado en una pequeña aldea de veinte neandertales. Ayudadme a contenerlo.
-    Ya es tarde para esa aldea, déjalo que se desahogue. Ni que nos preocuparan ahora las acciones humanitarias… - replica con tono de burla “Sin-Sombra”.
-    No deberíamos hacer ruido aún Juana, todos esos dientes no deben rechinar. Deben permanecer intactos hasta que pueda arrancarlos de sus prisioneras bocas para que sean libres. Solo conmigo tendrán una utilidad real en su existencia.
-    Ayúdale Efialtes – dice “Sin-Sombra” – No quiero mancharme más esta noche.
-    Tengo mejores cosas que hacer. – Dice el soldado y acto seguido se interna en la espesura andando.

 

Juana queda mirando al hombre cubierto de colmillos y sangre, entonando unas palabras de forma despectiva:
-    ¿Algo más “Herrero-de-Colmillos”?

 

Él solo asiente y se marcha entendiendo el mensaje de que esa tarea debe solucionarla él. Era el encargado de contener al Metis y ahora está suelto. Él debe recogerle y volver a ponerle la cadena. Ya tuvo más pupilos en el pasado, este simplemente es alguien más grande y con mejores colmillos para él.

 

* * * * *


Horas después, alguien se acerca a la misma escena. Una música suena, como proveniente de una grabadora vieja. Cuando esas dos siluetas, una grande y corpulenta vestido de soldado y otra más pequeña, con silueta de mujer y melena rubia llegan al lugar del asesinato, la figura pequeña para la música de repente.
-    Ve al Salugral e indícales que estamos bien jodidos – dice Natasha con una voz quebrada y rota.

 

No hay bromas, no hay música, no hay chascarrillos. KQ marcha a paso ligera y Natasha cae de rodillas junto al cadáver de su mentora con la que había compartido tanto en las últimas décadas. Pero con solo verla sabe que esta vez Lupo no va a volver.

 

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