Han pasado dos años desde el Día Cero. La vida está volviendo a su raíl, ajeno a todo lo que había ocurrido o estaba por suceder.

El viejo orfanato fue remodelado. Ahora limpio de corrupción y vació de perturbaciones que no pueden descansar, están creando un nuevo lugar para aquellos huérfanos sin hogar que necesiten ser acogidos. No hay muchos en España, pero es una práctica que si es necesaria se debe retomar.

Por supuesto, la cara oculta de Selene sigue maniobrando y lo hace de una forma más prudente y secreta. Los experimentos finalizan y los niños van a tener una gran vida. Pero van a llegar como lo hacían antes, señalados por los espíritus guías, siendo hijos de Garou o Parentelas que quedan sin familia. En el caso de tener familias y ser de un linaje prometedor, será mejor que no les falte de nada ahí donde viven. Si aun así se resistieran, habría que tomar medidas más contundentes. Pero lo que está claro, es que la mala metodología de la familia Andrei no va a dejar el plan oculto sin ejecutar de los Señores de la Sombra.

“No se puede limpiar del todo la mancha”

Quienes gestionan ahora el lugar vigilaban a Vitaly, no se fiaban del todo de su socio. Necesitaban a un intermediario neutral, alejado de todo que velara por la seguridad de los niños que llegaran a este orfanato. Para ello han colocado a una gerente al cargo de nombre Esther. Una joven responsable y orgullosa de poder realizar el trabajo de ayudar a los demás con grandes contactos, como Jorge de la Rosa, un filántropo de la ciudad de Cáceres. El orfanato pasará a llamarse en honor a uno de los caídos “San Luther”.

Madre ha muerto, pero el fleco de la hilandera apuntando hacia George, el padre de Lora y DD, es posible que los traiga de cabeza. Todo se complica y en la cabeza de Diskette, solo dan vuelta datos y operaciones matemáticas sin poder pronosticar nada. La ausencia de un túmulo rodeados de parajes naturales tan grandes se hace muy raro, quizás haya que emprender una búsqueda o estudiar el tema. Los continuos incendios amenazan nuestras tierras y cada vez hay menos de lo preservado antaño.

“La Muerte es sólo un paso”

Pero el principal problema es que los Garous de Cáceres han sido más que diezmados. No quedan muchos. La carrera por la supervivencia comienza a convertirse en una de fondo y con muchos obstáculos. A veces demasiados. Las tribus casi se han difuminado y grandes cabezas han rodado por los secuaces de Madre en el pasado. El incidente del Orfanato, la ahora Zona Cero es algo receloso de visitar o investigar. Solo Lora se siente con fuerzas de entrar y salir allí de Umbra para saber más. Es a la vez un santuario para los niños y una carga sentimental para todo Guerrero de Gaia que se aproxime.

Lora describe las comunicaciones como alaridos de sufrimiento y dolor y eso en Umbra no suele venir con buena compañía. Debe moverse rápida y cada fragmento de información es crucial pero no consigue estrechar el cerco. La situación en la capital es algo insostenible, la ciudad se ha vuelto muy peligrosa.

Para colmo de esto, grandes personalidades que no han muerto han desaparecido. El líder de los Señores de la Sombra, el Foster Vitaly "Aullido-Severo" Konietzko ha desaparecido. Un día de la noche a la mañana no dejó rastro y poco a poco, su manada se fue fragmentando. Pero sus miembros siguen ahí, esperando su momento, ¿será solo una artimaña más de los hijos del Cuervo?

La Camada de Fenris está prácticamente extinta. Fueron los primeros en batallar y los primeros en caer. La fuerza era demasiado grande y los problemas se cernieron sobre ellos de forma precipitada. El honor era el honor e hicieron eco de sus ideales, pero ahora no viven para contarlo. Si queda alguno de ellos será joven y quizás desorientado, con el gran pesar de una tradición milenaria difícil de manejar por cachorros.

Los Roehuesos simplemente desaparecieron en la oscuridad de sus escondites. Algunos dejaron hilarantes rastros de sangre hacia sus cadáveres y de otros simplemente no se volvieron a escuchar nada. Siempre se dice que Rata provee para los suyos, es innegable que debe quedar alguno arrastrándose en algún sucio lugar de la urbe buscando información para poder seguir vivo.

Los Hijos de Gaia dieron la vida por su parentela y sus protegidos consiguieron resguardarse. El precio fue alto y el peso de que sus mayores hayan caído les recae mentalmente desde que abren los ojos por la mañana hasta que los cierran en la noche para vivir una vez más la pesadilla del Día Cero con Madre.

Por último los Moradores del Cristal se vieron obligados a replegarse, a viajar y los más osados se quedaron a investigar. Los dos hermanos creen en la solución pero a la vez en el fin de los tiempos. Las cuentas no cuadran, las ecuaciones están desbocadas y la Red-Ajena cada vez es más fuerte. Más empresas nuevas y una grande que las va absorbiendo a todas. Todo se complica.

“Reclamáis y defendéis algo que no os pertenece”

Por último, queda la desgracia. Como se dijo antes, la fe mueve montañas y la Secta del orfanato hablaba de Dios como de ella y de que querían conseguir su advenimiento. Algunos consiguieron los retazos de información de que la muerte de Madre tenía un papel importante en ese advenimiento, al igual que cada muerte que se produjera. La realidad era que el orfanato estaba limpio y su posición a las afueras permitía ser frecuentado por los supervivientes. Pero las antiguas amenazas de la Secta y su papel en la batalla levantaron muchas sospechas y teorías, el miedo se apoderó de los pequeños, preocupó a los mayores y Umbra solo hizo su papel de alimentarse de esos sentimientos sobre la base de lo ya creado a lo largo de los años por el linaje Andrei.

“La gran Sierpe observa”

Lora tiene claro que ese advenimiento se va a producir y no va a ser nada bueno. Solo pide a los espíritus que no coincida con la reminiscencia de su temido Efecto 2000 que lleva esperando años. O peor aún. Espera que no sea el desencadenante o parte de él.

“Madre no hay más que una”