* Todo lo referente tanto a este texto como a el resto de la pagina web son ficticios de la partidas de Cáceres Arcana y de el resto de crónicas de Cáceres de Tinieblas*
Vivimos en un mundo oscuro, depredador y exigente que no permite al pequeño crecer, no permite al bueno sobrevivir, la gente no conecta entre ella, no se ayuda, miran por intereses vanos y egoístas.
Este mundo, el mundo de las tinieblas, existe porque hay monstruos. Monstruos con cara y piel humanas, monstruos que no contentos con matar y destruir para alimentar sus propias ansias, corrompen y degradan por diversión o en nombre de un supuesto bien superior “Para ayudar” dicen unos “Por diversión” dicen otros. Son loboscon piel de cordero en un mundo que poco a poco se cae a pedazos.
Mira esta ciudad. Con su alcalde títere y las empresas gobernando todo. Un modo de gobierno que hace prevalecer a nuevos reyes, aquellos que en la sombra gobiernan todo y permiten poco a poco que sus inhumanidades sean concebidas como morales y visibles.
Estos seres gritan sus verdades al mundo. Vierten su oscuridad en nuestras venas henchidas de dolor y rabia. Y así creen que su verdad será la Verdad y que su palabra será la Palabra.
Pero yo creo que se equivocan.
Creo que ellos no ven un hecho obvio, un hecho casi científicamente correcto, como dirían mis compañeros que siguen el paradigma tecnomántico.
Nunca han podido derrotar a la luz. Nunca ningún tecnócrata ha eliminado la chispa del ingenio definitivamente. Nunca un monstruo ha podido eliminar la bondad del mundo. Puede que estemos en nuestra hora más oscura. Pero yo he visto la luz en los ojos de la gente. He visto a gente ávida de poder y conocimiento sacrificarse por los demás. He visto la esperanza.
Y cada vez que las sierpes de la oscuridad amenazan con atacarnos, la luz vuelve a brillar, y vuelve a aguantar. Ha pasado cada una de las veces. Llevan eones en una guerra perpetua. Eones tratando de manipular, de destrozar y de destripar todo lo bueno de este mundo. Y no son capaces de conseguirlo.
En este mundo siempre habrá alguien que se levante. Que lucha. Que cante una canción una canción incomoda que haga revolverse a aquellos que solo conocen la imposición como Verdad. Una canción de unión luz y fuerza, contra una de destrucción y desesperación.
Venid a Cantar, uníos a Aurelia y a mí en esta guerra de más de 20 siglos.
Esto es la guerra.
